Hola a todos, esta mañana nos hemos hecho eco, de una noticia un poco desilusionante, que ganas tenía de escribir esta frase de periodísta. El Comité Olímpico Internacional, se reunió en San Peterburgo para decidir qué deportes se pueden presentar el Buenos Aires 2020 para convertirse en deportes olímpicos. Los candidatos eran: La lucha, el squash, el béisbol-sóftbol, la escalada, el karate, el patinaje, el wakeboard y la lucha china wushu. Pero los afortunados han sido los tres primeros: la lucha, el squash y el béisbol-sóftbol. Y el 8 de septiembre, en Buenos Aires, se eligirá sólo a uno para que convierta en deporte olímpico. La escalada tendrá que esperar.
No sabemos si el hecho de que la escalada se convierta en un deporte olímpico será un paso hacia delante o hacia atrás en esta disciplina. La oficialidad de la actividad modificará la filosofía intrínseca de la esclada y el contácto con la naturaleza? O por el contrario, fortalecerá y unirá el deporte, dandole el peso e importancia que se merece? Nosotros sólo os podemos sembrar la duda de lo que puede pasar. El tiempo pone todo en su sitio.
Muchas gracias por llegar hasta el final y ¡hasta la próxima!
Pues yo creo que a veces este tipo de cosas corrompe la esencia del mismo deporte. La competición nos ayuda a superarnos, pero cuando la cosa entra en diplomacia por ver si hago o no olimpico a un deporte... ¿qué le da derecho al judo y no al karate? ¿al atletismo y no al wakeboard? ¿al futbol y no a la escalada?
ResponderEliminarParticularmente me parece más esencial, natural y primario la escalada al fútbol y otros deportes, pero en fin, esto no esta en nuestras manos. En nuestras manos solo se halla el poder escalar y disfrutar con ello.
Un abrazazo
Juanqui, estoy totalmente de acuerdo contigo.
EliminarPor un lado me da pena, porque somos conscientes de que hay una gran cantidad de gente que se dedica exclusivamente a la escalada, y le dedica mucho tiempo. Hubiera sido una buena manera de reconocer la dedicación de estas personas.
Sin embargo, por otro lado "me alegra". Yo siempre he pensado que la escalada no es un deporte (ni si quiera la deportiva); puesto que más que una competición con el contrario (con unas relgas estrictas), es una cuestión de pasión por lo que hacemos, de disfrutar de las paredes, de la montaña, del entorno y, sobre todo, de superación personal.