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martes, 13 de mayo de 2014

Trekking en Nepal (VII): De Jagat a Pewa




 Para los ansiosos fieles seguidores de Oscar y sus aventuras.  
DIA 19 Octubre

Jagat – Pewa

Hola a todos!!!


El día amanece fresco, lluvioso y nublado, por lo que después del desayuno y preparar las mochilas nos pertrechamos con ropa impermeable y el mejor calzado. Ha llovido gran parte de la noche y, aunque en el momento de comenzar a caminar únicamente chispea, el suelo está embarrado y resbaladizo. Son las 8:35 cuando arrancamos y enseguida llegamos al puesto de control donde nos piden la documentación y los permisos necesarios, ya que vamos a entrar en el Área Protegida de Conservación del Manaslu.

Hasta este punto es posible llegar de forma independiente, con o sin guía, pero a partir de aquí únicamente se permite acceder con un permiso especial gestionado en Katmandu y en compañía
de un guía de montaña acreditado. Tal vez sea por este motivo que a partir de este punto la afluencia de senderistas disminuye notablemente. Pronto cesó la lluvia y, aunque el sol apenas hizo acto de presencia en todo el día, tuvimos que hacer un alto en el camino para cambiarnos de ropa y volver a la camiseta y pantalón cortos. 
El paisaje, al menos en su primera mitad, es muy parecido al del día anterior, la vegetación ya no es tan densa, el clima es suave y fresco y las montañas que nos rodean se pierden entre las nubes.
El camino es una subida casi constante hasta que a mediodía llegamos a la aldea de Philim. Este posiblemente debería ser el punto final de la etapa de hoy, como se describe en los itinerario de muchas empresas que organizan este trekking, y no porque la distancia recorrida desde Jagat sea grande, sino porque después de 2 etapas seguidas de casi 9 horas, las piernas necesitan un reposo antes de afrontar las etapas duras de verdad. 

Nuestro objetivo, en cambio, es más ambicioso y Philim se convierte en un lugar donde comer, descansar un poco y continuar. Poco después de abandonar la aldea encontramos otro control donde supervisan nuevamente la documentación; a partir de aquí el camino se vuelve bastante llano e incluso en ligero descenso por un interminable y estrecho sendero que recorre toda la ladera de la montaña y en el que se aprecian fácilmente los profundos cañones que caracterizan este valle. 

Tras cruzar el último par de puentes colgantes, la pendiente vuelve a mirar hacia arriba y las piernas comienzan a resentirse considerablemente. 

El cansancio casi nos impide advertir el significativo cambio que se ha producido en el paisaje, los primeros pinos empiezan a aparecer y un excepcional bosque parece adueñarse ahora de la montaña.
Finalmente, llegamos a nuestro destino en la aldea de Pewa
Eran las 16:40 horas.

El guesthouse de turno dejaba bastante que desear en cuanto a instalaciones e higiene, pero estábamos tan cansados que una semiducha fría y una cena caliente fueron suficientes para hacernos caer rendidos.

Hemos caminado hoy lo que habitualmente se hace en 2 etapas, y ya son 3 los días seguidos que superamos ampliamente las 8 horas de caminata. La verdad es que no esperábamos tener jornadas tan largas y tan seguidas. De hecho, hemos liquidado una cuarta parte de la duración del trekking, sin embargo en distancia hemos cubierto ya un tercio del recorrido total. 

Como contaba en el primer “mail”, este trekking en el Área de Conservación del Manaslu está mucho menos transitado que otros y, a pesar de que en los últimos años parece estar aumentando la afluencia de montañeros, aún las infraestructuras están lejos de ofrecer al viajero algo parecido a comodidades. Las habitaciones suelen ser muy pequeñas, algunas ni siquiera tienen luz, las duchas y baños suelen estar muy sucios y en condiciones insalubres y el agua caliente brilla por su ausencia.
En lo que de momento no podemos poner pega alguna es en la comida. Por razones obvias, no podemos tomar excesivos riesgos con el menú y debemos ceñirnos al arroz, pasta, té, agua filtrada y poco más. Eso si, todo lo cocinan en el momento, las raciones son sabrosas y abundantes y las diferentes formas de preparar los platos según las zonas hace que la monotonía de la dieta sea más llevadera. Algo que sin duda ayuda bastante a combatir la monotonía gastronómica son los 3 kilos de fiambre ibérico envasado al vacío que celosamente custodiamos en el interior de nuestras mochilas y que vamos dosificando a lo largo de los días hasta el final del trekking. 


Punto de inicio: Jagat (altitud 1410 m.)
Punto de fin: Pewa (altitud 1800 m.)
Distancia: 
Tiempo: 8 horas y 5 minutos 
Besos y abrazos

2 comentarios:

  1. la foto del puente colgante es espectacular... ni el national geographic
    no se si el cansancio os dejaba apreciar el paisaje ..

    ya es martes de nuevo no? ... todavia no habeis puesto el siguiente post.. aggg

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que cualquier sitio resultaba increíble para fotografiar, y estas son sólo una pequeña muestra de las miles y miles de fotos que hicimos. Y, por supuesto, siempre había un momento para recrearse en todo...en el paisaje, las montañas, las gentes, las aldeas. Es un viaje cargado de experiencias y emociones que compensan sobradamente el esfuerzo y el cansancio.
    Oscar

    ResponderEliminar

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